Como ya sabéis, una dieta adecuada es fundamental en cualquier etapa de la vida, siendo aún más importante durante el embarazo.
Aunque no lo parezca, una dieta en una embarazada no difiere mucho a la de una mujer adulta sana. Lo de: “hay que comer por dos”, es un mito. Pero sí que hay que complementar la dieta con algunos nutrientes y algunas calorías adicionales, con el objetivo de satisfacer las necesidades que tiene el cuerpo en ese estado biológico.
Así pues, debemos destacar que es muy importante la ingesta de calcio, llegándose a necesitar el doble del que necesita una mujer no embarazada. ¿Por qué es tan importante? Es fundamental para la buena formación del bebé además de que reduce el riesgo de hipertensión. También es muy importante aportar a la dieta suficiente ácido fólico, que ayuda a prevenir defectos congénitos, y ayuda al desarrollo del bebé.
A parte de las vitaminas y minerales, se considera que es necesaria una ingesta adicional de calorías a partir del segundo trimestre. Como curiosidad, un embarazo tipo tiene un coste energético de 70000 Kcal, siendo un 60% para el feto (unas 42.000 Kcal). El resto, es para el metabolismo basal de la propia mujer. Así pues, se deben aumentar equitativamente las Kcal para poder satisfacer esta necesidad.
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